Cada lagrima que derramaba era combustible para encender eso que tenia dentro, nadie lo sabia, ni siquiera yo, para la mayoria yo solo era una sombra mas del mundo diario.
Sabia
que habia algo mal conmigo, que ese coraje contra el mundo y los que estaban a
mi alrededor no era normal, ese calor que me recorria todo el cuerpo con un
escalofrio cada que alguien me trataba mal, pero es que no habia una sola alma
que me entendiera, una sola alma que valiera la pena, encima de todo, las
burlas y los gritos de la gente que por verme quieto y tranquilo me confundian
con idiota me hacian perder la cabeza, entonces lloraba por horas para no
perder el control.
El 21 de
diciembre fue el dia en que decidi que todo iba a cambiar, eso que sentia dentro
estaba listo para explotar, por fin lo entendia y estaba preparado, sabia bien que
no iba a salir vivo de esto.
Saque la
pistola que habia comprado meses antes, tenia suficientes municiones en la
mochila y sali del cuarto, lo primero que hice fue matar a mi esposa, ella
estaba preparando el desayuno y con un disparo en la nuca todo acabo, fue tan
rapido, sali de la casa y antes de subir al carro le dispare a una mujer que iba
pasando por la acera, me parecia conocida pero nadie importante, me subi al
carro y comenze a manejar hasta llegar a la estacion de metro mas cercana,
entre lo mas rapido que pudo haciendome paso entre la gente que se apretujaba
para subirse al vagon y llegar a sus trabajos, cuando estaba dentro del vagon,
viendo a todos con sus caras de ausentes, decidi que era este el momento, saque
la pistola, tenia 9 balas en ella, dispare 8 veces, una bala para cada rostro y la novena para mi.
Nadie nunca
sabra por que lo hize, para todos era yo un tipo quieto, tranquilo y algo idiota.
No hay comentarios:
Publicar un comentario