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No me gusta manejar de noche, no veo bien y sobretodo siempre imagino que es cuando los fantasmas de la carretera se asoman por entre los matorrales o detrás de los árboles.

Este día sin embargo lo tuve que hacer, no podía pasar nada que mi mente no pudiera controlar, avanzaba en el coche a buena velocidad y aun así veía que todos me rebasaban y me quedaba con nada mas que la oscuridad detrás y las sombras por delante, cada cruz en el camino era una cara, cada árbol unos ojos viendo desde arriba y cada perro atropellado una premonición.
Quería llegar a casa lo mas rápido posible, quería alcanzar a los coches que iban ya muy delante de mi y justo cuando aceleraba mas y mas atropelle algo, un golpe seco, un bulto pasando bajo las llantas y el escalofrío cuando pensé “ya chingue un perro”, obviamente no me detuve lo echo echo estaba.
Llegue a la curva donde se supone una mujer fantasma se sube a tu coche, ya sabia que eran cuentos pero por si las dudas me puse a cantar mas alto como si con eso arreglara algo, para cuando pase la curva las manos me sudaban y me dolía el cuello, comencé a escuchar un ruido raro, como algo que iba raspando, no había mucho lugar donde detenerme pues iba pasando a lado de un barranco, el coche se empezó a desestabilizar y tuve que orillarme como pude. Intermitentes….luces internas….celular en mano y me agache para ver si era una llanta. No era la llanta, ahí abajo estaba la cosa mas fea que había visto en mi vida, carne desgarrada, sangre, hueso una masa enorme de eso atascada bajo mi coche, arrastrando, comencé a vomitar y entonces me comenzaron a rodear, no veía bien, pero me estaban rodeando, eran sombras, eran animales que me gruñían y apestaban, me metí al coche y acelere a fondo para salir de ahí, en cuanto me incorpore a la carretera una luz me cegó, el claxon de un trailer retumbo en mis oídos y eso es todo lo que recuerdo, hasta hoy.