Cuentos de oficina....

Rigo trataba de dormir, pero seguía lloviendo y el ruido se le hacia insoportable, se levanto la mañana siguiente con el animo de una babosa y se fue a la escuela.
Al llegar a clase de biología, todos traían enormes lombrices, era el día de la disección y a el se le había olvidado la maldita lombriz, siempre jugaban haber quien conseguía la mas grande.
Rigo corrió al patio de la escuela y se puso a escarbar en el lodo buscando una lombriz, pero no solo no encontró ni una sola lombriz si no que además embarro de lodo la bata blanca que usaba.
Se fue al baño a tratar de limpiarse un poco y en eso vio que algo se retorcía en el piso, era una lombriz grande y gorda, parecía casi una pequeña víbora, la agarro y al levantarla algo le chillo en el oído, se metió el dedo a la oreja y guardo la lombriz.

Llego corriendo a el laboratorio de biología justo a tiempo para iniciar la disección, tomo el bisturí y algo le seguía zumbando en la oreja, sacudió la cabeza y el zumbido se convirtió en un chillido, el chillido se convirtió en muchos y cuando agacho la cabeza hacia su mesa escucho claramente el grito de su lombriz, la enorme lombriz que ahora estaba estirada con un alfiler atravesándola en cada extremo, volteo a ver a sus compañeros y nadie parecía darse cuenta, ¡las lombrices estaban gritando!, se desgarraban cuando les rebanaban la piel con el escalpelo soltando apenas un dulce liquido y un grito de terror, la suya era la que gritaba mas fuerte, pero no gritaba de miedo, gritaba de odio, Rigo casi podía sentir su mirada atravesarlo, le quito los alfileres y salio corriendo del laboratorio.

Trataba de dormir, pero seguía lloviendo y no podía sacar de su cabeza un ruido insoportable, era como si la lombriz se hubiera quedado gritando en su cabeza para siempre……

-Rigo no lo hagas, hoy es tu cumpleaños, cumples 16
-Si, son suficientes.
Salto de la silla y quedo colgando del techo con un agradable silencio.