Lo había intentado docenas de veces esa noche y no salía ninguna historia, sabia que si seguía con esa racha de malos cuentos no podría pagar siquiera la renta.
¿Que hace a un buen escritor un buen escritor? Momentos de lucidez o rachas de descontento, cuando era mas infeliz era mejor escritor.
La computadora seguía prendida y su mente cada vez más simple y torpe, el silencio era desesperante, tenía 37 años y a nadie que lo llamara a una cama tibia.
¿Soy feliz solo? De cualquier forma no podría mantener a alguien más, no podría tener mi cuarto como esta y tal vez ni siquiera habría cucarachas paseándose por la mesa.
Eran las 4 de la mañana cuando se quedo dormido sobre el escritorio, roncaba sonoramente cuando una cucaracha atraída por quien sabe que, camino sobre las hojas impresas, rodeo el cenicero, se mojo las patas en la baba que caía de la boca del escritor y se adentro en la obscura cavidad llena de dientes con olor a comida, el no despertó, luego llego otra, y otra y así todas las cucarachas que se escondían bajo los muebles o donde sea que se escondan las cucarachas. Nadie sabe que paso, pero el no volvió a despertar, lo encontraron muerto días después en la misma posición y con el borrador de un nuevo cuento ordenado en la esquina del escritorio.
¿Que hace a un buen escritor un buen escritor? Momentos de lucidez o rachas de descontento, cuando era mas infeliz era mejor escritor.
La computadora seguía prendida y su mente cada vez más simple y torpe, el silencio era desesperante, tenía 37 años y a nadie que lo llamara a una cama tibia.
¿Soy feliz solo? De cualquier forma no podría mantener a alguien más, no podría tener mi cuarto como esta y tal vez ni siquiera habría cucarachas paseándose por la mesa.
Eran las 4 de la mañana cuando se quedo dormido sobre el escritorio, roncaba sonoramente cuando una cucaracha atraída por quien sabe que, camino sobre las hojas impresas, rodeo el cenicero, se mojo las patas en la baba que caía de la boca del escritor y se adentro en la obscura cavidad llena de dientes con olor a comida, el no despertó, luego llego otra, y otra y así todas las cucarachas que se escondían bajo los muebles o donde sea que se escondan las cucarachas. Nadie sabe que paso, pero el no volvió a despertar, lo encontraron muerto días después en la misma posición y con el borrador de un nuevo cuento ordenado en la esquina del escritorio.